Fundación Ricardo Martínez
Visión y propósito
Ricardo Martínez fue un hombre comunicativo y un artista reservado. Como tal, prefería que su obra hablara por sí misma y en esa medida evitaba las entrevistas y cualquier tipo de promoción que no fuera a través de su pintura.
A los 90 años, el peso del artista alcanzó al hombre y Ricardo Martínez recibió reconocimientos importantes: la Medalla de Oro del Instituto Nacional de Bellas Artes y el nombramiento de “Ciudadano Distinguido" por parte del Gobierno del Distrito Federal.
A su muerte, Ricardo Martínez dejó un legado que constituye un reto enorme: aproximadamente 70 años en la vida de un artista disciplinado y completamente entregado al oficio en todas sus facetas, lo cual representa un vasto acervo.
La Fundación Ricardo Martínez se creó con el fin de asumir este reto y, desde su inicio, ha trabajado en la sistematización, clasificación, registro y documentación del material bajo su custodia
Su tarea principal es la preservación y promoción de este patrimonio, lo que implica, además de las tareas ya señaladas, la recopilación de un catálogo general de la obra de Ricardo Martínez que permita, tanto a coleccionistas como a especialistas, trazar el origen y trayectoria de cada pieza.
Ricardo Martínez vivió para crear y pintó hasta el final de su vida. Su trabajo reciente muestra líneas sobrias y colores diferentes, alegres, casi atrevidos, atípicos del Ricardo Martínez de otras épocas. Los temas, como siempre, siguen siendo parejas, padres e hijos, niños jugando con perros, pero todos ellos en una escala más cercana al espectador y expresando una ternura nueva, una nueva etapa en la vida del hombre y del artista.
Para Ricardo Martínez lo más importante fue su obra: corresponde ahora a la Fundación que lleva su nombre el preservarla, y como siempre,