Mujer con niño en rojo, 1982

Pieza del mes
Febrero 2017

Mujer con niño en rojo, 1982,

Colección particular

Mujer con niño en rojo, 1982, Óleo sobre tela, 80 x 105 cm, Colección particular

La relación madre e hijo fue una temática ampliamente representada por Ricardo Martínez en diferentes momentos de su producción. Aunque el colorido, la composición, el tratamiento de las figuras y la orientación del tema cambian en relación a los intereses plásticos del artista en cada etapa, las obras tienen en común un componente afectivo que les confiere un alto grado de emotividad.

Ricardo Martínez realizó las primeras representaciones del tema en 1950, año en el que ejecutó dos obras tituladas La sábana y La Piedad. La sábana muestra a una mujer arrodillada que abraza a su hijo muerto, mientras que otra, que se encuentra de pie, sostiene con la mano una sábana que cubre los pies del difunto. En La Piedad se observa una madre que sostiene en sus brazos el cadáver de su hijo. En estas piezas se manifiesta el dolor por el hijo que ha fallecido y se alude a la idea cristiana de la Virgen con Jesús muerto entre sus brazos.

Posteriormente, a mediados de la misma década, Ricardo Martínez representó el tema con el sentido que tendría durante el resto de su actividad como pintor: la actitud protectora de la mujer hacia el niño y la convivencia íntima entre los dos. Cabe resaltar que el artista también realizó obras en las cuales el padre se muestra en una actitud similar de tutela y afecto hacia el hijo.

En La madre (1955), representó a una mujer con rasgos indígenas que cuida a su hijo, conteniéndolo entre sus brazos mientras él se estira para alcanzar algo que se encuentra fuera de los límites del cuadro. Por otro lado, en Maternidad en rosa (1957) y Madre e hijo (1958), el artista trabajó el tema empleando por primera vez los recursos plásticos característicos de su estilo personal: el difuminado de los colores y la creación de los volúmenes de las figuras por medio del manejo del color, así como de la luz y las sombras. En ambas destaca el gesto de afecto de la madre, que está a punto de cargar al niño que le extiende los brazos en Maternidad en rosa y que enseña a caminar al niño en Madre e hijo.

En esta sintonía, durante el resto de su producción, Ricardo Martínez representó mujeres abrazando a niños recostados, de pie, o bien llevándolos en brazos. La obra que se presenta en esta ocasión como pieza del mes, fue producida a inicios de la década de los años 80 y muestra a una mujer arrodillada abrazando a un niño que está de pie. En ella destaca el contraste entre la volumetría de la figura femenina y la delgadez del niño, aspecto que se subraya por medio de la curvatura de ella y la linealidad de él. Este manejo de las proporciones enfatiza la idea protectora inherente a la pintura: el niño, más pequeño y frágil, es cubierto por la figura pesada y corpulenta de la madre.

El fondo rojo, difuminado sobre una base negra, brinda luminosidad a la pintura. Asimismo, las aplicaciones de luz, manifiestas en tonalidades rojas que caen sobre las figuras, atraen la atención del observador hacia el asunto principal de la obra, ya que por medio de ellas el artista resaltó los puntos de contacto entre los dos personajes: las grandes manos de la mujer que rodean las delgadas piernas del niño y la mano de éste que se apoya en el brazo de ella. De esta manera se destaca el afecto y la emotividad de la pintura. Este aspecto se refuerza por medio del gesto de la figura femenina que, de manera tierna, apoya la cabeza en el cuerpo del niño.

Aurora Avilés García
Investigadora